Continuidad Judía

Festejar el Bar Mitzva y el Bat Mitzva. Formar una familia judía bajo la jupá. Hacer el Brit Mila. Hacer un gran seder de Pesaj, Ir a escuchar el Shofar en Rosh HaShana. Ayunar en Iom Kipur. Ir a la casa de los abuelos.

Prender las velas de shabat. Poner la mezuza. Dar tzedaka. Ir a la sinagoga y ser parte del minian. Estas son algunas de las vivencias básicas de la vida judía. ¿Cómo las garantizamos a la próxima generación?

“Sin educación judía no hay continuidad judía”

Banim Atem School, apoyado por el Ministerio de Educación Religiosa de Medinat Israel y el Ministerio de la Diáspora le da la oportunidad, donde sea que usted esté, de darle educación judía formal a sus hijos.

Para que haya Bar Mitzva, Jupa, Brit Mila, Shabat, Mezuza y festividades hay que educar. Es poco probable que nuestros hijos continúen con la tradición si nunca les hemos dado la oportunidad de que lo hagan. Y es su entera responsabilidad la continuidad judía de las futuras generaciones de su familia, o su pérdida. Esta responsabilidad nuestros abuelos en todas las épocas y circunstancias adversas supieron cuidar. Sea parte de la inquebrantable cadena del pueblo judío. La ignorancia y la indiferencia la rompe.

Agendas ocupadas: Estableciendo prioridades

Hoy es usual encontrar a niños con una agenda muy ocupada: salen de la escuela y tienen todo tipo de cursos: inglés, baile, deportes, conservatorio, etc.

Los padres, con la buena intención de darles a sus hijos una educación completa, programan en sus agendas extra escolares muchísimas actividades para que tengan un programa educativo completo, generalmente acorde a las expectativas de los tutores más que a los deseos, gustos o intereses del mismo niño.

Hoy en día, en muchos hogares, papá y mamá trabajan, entonces no hay quién los reciba al llegar de la escuela, compartir la merienda, darles tiempo para hacer sus tareas o simplemente poder jugar libremente o ir a un parque.

Les propongo que pensemos juntos lo que realmente necesita un niño. Un niño necesita sentirse amado por sobre todas las cosas ( a través de la atención de sus padres, mostrándoles interés por lo que hacen, en lo que necesitan, en sus sentimientos y desafíos). Un niño necesita aprender valores y eso se aprende en la casa por excelencia, a través de los ejemplos personales de los padres, del diálogo y compartiendo tiempo. Cantidad y calidad son importantes. ninguno reemplaza al otro.

A fin de promover el desarrollo emocional del individuo no es indispensable saber inglés o ser el mejor jugador de fútbol, pero sin duda es importante haber crecido en un hogar donde se ha recibido amor, atención y valores que han forjado la autoestima y la personalidad.

No estoy diciendo que no hagan ninguna actividad extraescolar, por el contrario, son importantes para ampliar sus áreas de interés y capacidades. Lo que si personalmente incentivo enérgicamente en las agendas actuales infantiles y adolescentes es hacer un equilibrio entre los momentos de formación fuera de la casa, y los momentos en la casa (que son tan formadores como los de fuera y por supuesto más significativos emocionalmente).

Es posible que usted recuerde las vacaciones familiares, la mesa de Rosh HaShana en la casa de sus abuelos, la sinagoga a la que iba con su familia de pequeño. Pasando tiempo con nuestros hijos, generamos memorias. Recuerdos que siempre quedarán en ellos como los valores fundamentales que son la familia, el amor y la vida judía.

Al clásico comentario que hacen muchos padres de : “En casa se aburren” yo les pregunto: ¿Y qué? Cuando los niños tienen tiempo a libre, se descubran a sí mismos y promueve el uso de su creatividad.

Nuestros padres jugaban a las escondidas con los amigos del barrio, no tenían ipad ni ningún tipo de tecnología y de ellos surgieron las mentes que han creado tantos aportes valiosos y positivos que disfrutamos hoy en día. Tener tiempo libre les permitirá hacer otras cosas, colaborar en las tareas del hogar, hacer el bien por el prójimo, buscar algo útil para poner su energía. Tendrán espacio para su desarrollo personal, para verse a sí mismos y conocerse.

Es maravilloso darle a los chicos la posibilidad de regresar a sus casa, y ser recibidos con amor.

Es una bendición hacer de su hogar un lugar en el que sus hijos anhelen estar, un espacio de aceptación, colaboración, amor y aprendizaje constante. La mejor escuela de la vida es el hogar y la familia, es ahí donde aprenden buenas cualidades, a vincularse con personas distintas a ellos (padres y hermanos) y a hacer el bien por los demás.

Los momentos en casa son muy educativos (siempre y cuando haya padres presentes, concientes y comprometidos en su tarea educativa).

Hay alumnos que no tienen la posibilidad de participar en Banim Atem School porque no tienen un día libre para estar presentes una hora en una clase de tanaj, hebreo, historia judía o la que sea.

Sin duda todos los padres tienen buenas intenciones pero muchas veces no se dan cuenta que ellos mismos son los educadores principales.

Niños judíos que están siendo formados por otros actores educativos, que, aunque sean exelentes profesionales en el área de su especialización, no son sus padres ni maestros judíos de los cuales aprenden los valores acorde a las tradiciones de muestro pueblo.

¿Quién está educando a los niños de Am Israel hoy en día?

Estableciendo PRIORIDADES

En cada familia las prioridades educativas son muy individuales, formadas por los padres durante su propio desarrollo personal y en el día a día, con el correr de los años. Cada familia es única y así también, cada hijo que la compone tiene sus propias necesidades, desafíos, sueños y deseos. Cada pareja decide lo que es fundamental para sus hijos con total derecho y autoridad como sus tutores.

Ser parte del pueblo de Israel tiene sus responsabilidades.

En las sociedades occidentales donde hemos crecido, el compromiso y la responsabilidad son palabras conflictivas, porque la sociedad occidental nos obliga a la “libertad” en todas sus áreas.

Entonces cuando la tradición judía por decir un ejemplo, nos enseña la importancia de las buenas cualidades como ser la modestia, no presumir ni llamar la atención, la sociedad occidental nos da infinita variedad de redes sociales y medios, justamente para éste fin. Y los ejemplos son muchísimos. Podemos ver claramente que los valores de nuestra tradición no son los más apreciados socialmente en la cultura occidental de la competencia y el dinero como sinónimo de éxito.

Entonces cuando establecemos las prioridades educativas en nuestros hogares tenemos que reevaluar nuestro compromiso con los valores auténticos del judaísmo.

Cuando una pareja está a punto de formar una familia, generalmente, ya son adultos el modelo educativo occidental en el que han crecido les indica que más horas de inglés son sinónimo de éxito laboral, entonces no pueden ver la educación judía como prioridad. Es por eso que vemos muchas familias jóvenes sin interés en brindarles a sus hijos educación judía, sin preguntarse, como mencionamos más arriba, qué es auténticamente importante para el desarrollo de ese niño.

Pero nunca es tarde. El momento de formar una familia es el momento ideal para hacerse todas las preguntas desde cero y enriquecernos de valores judíos que permitan que nuestros hijos sean parte de la cadena y el legado de nuestros abuelos y tener valores judíos auténticos, sin distorsiones.

Autoeducándonos como padres judíos, podremos educar hijos con los mismos valores.

Educación a distancia: Beneficios e interrogantes usuales

Según evaluaciones publicadas por la UNESCO durante la pandemia se registró un aumento del 900% en los estudios en línea y lo más interesante es que hubo continuidad post pandemia de programas híbridos o semipresenciales mostrándonos que la educación a distancia llegó para quedarse.

El alumno que estudia a distancia, aprende no sólo los contenidos específicos que estudia, si no que aprende a ser independiente, autodidacta y a gestionar sus tiempos. Cualidades fundamentales para la vida académica en cualquier nivel y modalidad.

En Banim Atem School, los niños en todos los niveles reciben durante el primer mes de clases, orientación por parte de los morim: cómo estudiar a distancia, cuándo conectarse, cómo elegir el espacio adecuado, cómo alistar los materiales, y realizar y enviar sus tareas a tiempo. Es necesario enseñarles a estudiar en la modalidad, no damos por sentado que todos se adaptarán automáticamente, si no que los guiamos a dominar la modalidad. Además, incluimos el seguimiento personalizado de los morim y tutores a fin de garantizar que cada niño esté avanzando académicamente.

¿Qué pasa con lo social? ¿Es bueno que nuestros hijos estén tantas horas frente a la computadora? Interesante interrogante. En comparación al tiempo promedio que los niños y jóvenes pasan frente a redes sociales, juegos y contenidos recreativos (no siempre con valor educativo y hasta perjudiciales en algunos casos) hoy en día estudiar una hora al día en línea Tanaj o Historia judía sin duda resulta más valioso que cualquier otro plan frente a la pantalla.

Banim Atem School ofrece un programa híbrido, esto quiere decir que los alumnos tienen clases en línea y también clases en la comunidad local. Incentiva el aprendizaje on line (y en grupos) actividades en la misma comunidad y la realización de proyectos para el bien de su propia kehila. La vida social es fundamental en Banim Atem School. La vida judía no es virtual, la vida judía es comunitaria. Y por suerte, las herramientas informáticas permiten a los alumnos sin acceso a escuelas judías aprender lo que no pueden acceder localmente y con excelencia académica. La pregunta que les queda a los padres, honestos y coherentes con sus evaluaciones educativas, no es si Banim Atem School los aísla socialmente porque no es así.

La pregunta es cuál es su criterio para establecer cuántas horas pueden pasar frente a pantallas y haciendo específicamente qué.

Rosh Hashaná en Banim Atem School

Con inmensa alegría, tenemos el orgullo de poder compartirles la revista especial de Rosh Hashaná que, como todos los años, editamos desde Banim Atem School.

Un material digital, en donde podrás encontrar diferentes notas de nuestros morim y morot, con enseñanzas, costumbres, reflexiones y buenos deseos para el nuevo año que comienza.

¡Shaná Tová Umetuká!
Que disfruten la lectura tanto como nosotros disfrutamos escribirla.

Elul: ¡llegaron las rebajas!

por Jonathan Berim – Twitter: @JonathanBerim

Comenzamos el mes de , un mes lleno de costumbres que buscan fortalecer nuestra unión con Dios y aumentar en méritos con vistas al juicio Divino.

 es el sexto mes de la cuenta de los meses y el último mes del año (ver hilo al respecto). Un mes de balance y reflexión. Un mes de reconstrucción de nuestra relación con Dios luego del quiebre provocado por  (en él se leen gran parte de las haftarot de consuelo).

Ya desde el comienzo de este mes se palpita el juicio Divino de las Altas Fiestas () por lo que se debe incluir los buenos deseos para el próximo año en todo mensaje que se envíe. El augurio más tradicional es: “Que seas inscripto y sellado para un año bueno y dulce”.

El trabajo de superación personal se basa en tres aspectos: la teshuva (autoconocimiento – corrección de las malas conductas), el rezo (conexión con Dios) y la tzedaka (ayuda al prójimo).

Nuestros sabios encontraron tres versículos que hablan de estos tres temas y coinciden en ser acronimos de la palabra .

Teshuba: “Y circuncidará Dios tu corazón y el corazón de tus descendientes”. Circuncidar el corazón es quitarle la “capa” que lo recubre, que lo insensibiliza, y abrir las puertas del análisis, la reflexión y el cambio de actitud.

Tefila: “Yo soy para mi amado y mi amado es para mi”. Uno de la principales funciones del rezo es crear y fortalecer el vínculo del ser humano con Dios.

Tzedaka: “El hombre para su prójimo y regalos para los carenciados”. Parte fundamental de nuestro crecimiento como individuos es pensar en el otro y estar atento para cubrir sus necesidades.

El Arizal agrego a esta lista otro versículo que es acronimo de elul y habla de un asesinato involuntario, para enseñarnos que también sobre las transgresiones inconscientes debemos reflexionar y arrepentirnos.

Las costumbres prácticas de este mes que nos ayudan a materializar estos objetivos varían según cada comunidad, tanto es tiempos como las formas pero en líneas generales son:

1. Slijot. Mostrár nuestro apego a Dios agregando un rezo diario que se recita de madrugada.
2. Shofar. Su sonido nos advierte sobre la cercanía del juicio, es nuestro “despertador” espiritual.

3. Salmo le David. Se agrega al rezo este tehilim que insinúa todo el proceso que tenemos por delante.

Si bien el retorno a Dios sincero es aceptado en cualquier momento, esta epoca es propicia para hacerlo con facilidad. Fue en esta época que Dios acepto el pedido de Moshe y perdono al pueblo por el becerro de oro y les dio las segundas tablas de la Ley.

Para graficar la situación, uno se puede comprar una prenda de marca en cualquier época del año. Pero si lo hace en las rebajas de fin de temporada, será más fácil. Elul es la temporada de rebajas espirituales.

¡Aprovechemos para mejorar!
¡Shana tova umetuka!

Fuente: http://www.judaismoacademico.com/2018/08/13/elul-llegaron-las-rebajas/

Los nombres hebreos

Ser padres es toda una aventura llena de desafíos y uno de los primeros retos que surge es la elección del nombre. ¿Qué tiene de especial esto para el judaísmo? ¿Qué se debe hacer y qué no? ¿Cómo elegir el nombre?

por Jonathan Berim (@JonathanBerim)

Estamos leyendo el libro del Shmot que, si bien en el Antiguo Testamento fue denominado como “Éxodo”, su título original en hebreo en la Torá significa “Nombres”.

En el judaísmo se le da una gran importancia a los nombres. Al punto que el midrash (Shir Hashirim Raba 84) explica que el haber conservado los nombres hebreos (y no asimilar nombres egipcios) fue uno de los méritos por los cuáles fuimos redimidos de Egipto. 

A nivel kabalístico, el nombre hebreo de algo representa su energía espiritual. Mejor dicho: lo que vemos cómo existente en este mundo es la materialización de la energía que encierra su nombre propio en hebreo (Nefesh HaJaim).

“Perro” en hebreo se dice: “kelev”, puro corazón. “Burro” se dice “jamor”, que viene de “Jomer” – materia, por su especifica función de animal de carga. Estas esencias percibió Adam para conectar a los animales con sus nombres en hebreo (Bereshit Rana 17:4). Incluso la propia palabra para referirse a un elemento es “davar”, de la familia de “divur” que es “expresión”; las cosas que existen son la concreción física del vocablo que las representa y describe en hebreo.  De ahí que este es considerado un “idioma esencial” y no un “idioma convencional”. No se trata de un mero acuerdo social para nombrar a las cosas sino una descripción de la esencia espiritual de las mismas. El análisis es aún más profundo ya también las letras que conforman las palabras y sus combinaciones tienen sus propias enseñanzas. Desde sus valores numéricos y hasta la forma de las mismas pero esto queda para otro análisis. 

Si bien la profecía se considera extinta, los padres reciben una sesentava parte de la misma al momento de nombrar a su hijo. Este “espíritu profético” que los imbuye, permite que le asignen un nombre relacionado con el alma y la futura personalidad del recién nacido.

Cada nombre tiene significado especial como “Iehuda” que se relaciona con el agradecimiento o “Ester” con lo oculto. Abraham con la cualidad de la bondad, Iosef con la abundancia y el dar sustento a otros. Es bueno usar nombres de grandes justos. También hay nombres con significados negativos como “Nimrod” que se relaciona con “rebelión” (contra Dios) o que pertenecieron a personajes malvados, como Izebel que fue una reina judía nada ejemplar, por lo que deben ser evitados-

Tan importante es la energía que emana del nombre que la costumbre judía es agregar un nombre que represente vitalidad cuando una persona esta gravemente enferma. Se suele agregar el nombre “Jaim” o “Jaia” que significan “vida” o “Refael” que es “curación” (Rama 335:10).

 

Ceremonia de brit milá, donde se nombre al recién nacido varón.
Ceremonia de brit milá, donde se nombre al recién nacido varón.

 

Es importante elegir para los hijos un nombre hebreo y con un significado positivo. También es bueno homenajear a familiares: la costumbre ashkenazí es hacerlo solo luego del fallecimiento de los mismos y la sefaradí es incluso estando en vida. También es importante usar nombres bíblicos o con larga tradición dentro del pueblo judío. No es un momento para innovar (haría falta un verdadero profeta para eso) sino para conectarnos con la milenaria tradición judía (Bereshit Raba 37:7). Se debe respetar el género del nombre

Un párrafo aparte requieren los nombres “traducidos”. La costumbre en Europa era colocar un nombre no judío junto al nombre judío para poder usarlo en la sociedad gentil sin inconvenientes. De ahí combinaciones como Tzvi (en hebreo) con Hirsh (idish) o con Herman (alemán); Shlomo con Zalman (que viene de Salomón); Menajem con Mendl; Itzjak con Isidoro (por similitud fonética); Malka con Regina o Reina o Iafa con Beatriz; Efraím y Fishel (pez, símbolo de dicha tribu). Hay otras relaciones similares como Abraham con Alberto; Dov con Ber; Arie con Leiv; Shraga con Faivel; Tzipora con Feigue. Debe quedar claro que el segundo nombre no reemplaza al nombre en hebreo. Son simplificaciones (como ya explicamos) pero no SON el nombre original. Hoy en día que la mayoría de registros civiles permiten todos los nombres, no hay mayor necesidad de usar nombres no judíos para simplificar.

Es importante que el nombre judío sea usado en la práctica y no solo quede como un dato más de la persona. Es tan delicada la misión de nombrar a un hijo que una corriente jasídica, directamente delegaba dicha elección en su Rebe. No es algo recomendable pero si que ambos padres se pongan de acuerdo y, de ser necesario, pidan consejo a una autoridad rabínica competente

Se debe evitar poner nombres de personas que murieron trágicamente o muy jóvenes. En caso de querer homenajear a una persona que falleció en estos contextos, se suele combinar el nombre original con otro. 

Que podamos portar con orgullo y elegir con inspiración nombres judíos que iluminen y acerquen la bendición de Dios para poder cumplir nuestra misión en el mundo.

¿Educando hijos o educando padres?

Por la Lic. Carolina Korchmar Dabah, Directora y Fundadora Banim Atem School

Cada niño crece moldeado fundamentalmente y en primer lugar por el hogar en el que crece.

Cuando se trata de la educación de los hijos, muchas veces madres y padres bien intencionados buscan consejos y fórmulas para brindarles la mejor guía y acompañamiento, sin tener en cuenta que no hay recetas mágicas en la educación que sean aplicables a todos los niños de manera universal, al estilo de “si su hijo hace esto, entonces le pasa esto y haga esto y aquello”; tampoco sirven los métodos que apaciguan síntomas y no se enfocan en las raíces de las dificultades.

Sería un error educar a los niños con el principio de causa-efecto, dado que todo niño es único y distinto a cualquier otro individuo. Debería ser un proceso individualizado en todos sus abordajes, teniendo en cuenta que ellos son únicos y vienen de padres igualmente únicos, con sus propias historias y modelos familiares que también los han formado.

Cada niño crece moldeado fundamentalmente y en primer lugar por el hogar en el que crece. El modelo de sus padres de interacción y socialización con el mundo (cómo hablan entre ellos, de qué hablan, cómo actúan, qué asuntos son valorados en la casa, qué es respetado, etc.) constituye el software con el cual los niños comienzan a desarrollar conductas, perspectivas, ideas y costumbres que los acompañarán toda la vida, consciente o inconscientemente, acorde al modelo que recibieron de sus progenitores.

Generalmente, cuando queremos hablar de la educación de los hijos utilizamos la expresión jinuj banim, entendiendo que hay estrategias y modos particulares de guiar al niño hacia su pleno desarrollo.

Pero si analizamos sensiblemente el impacto de los padres en todo el proceso educativo de sus hijos, podremos darnos cuenta de que los hijos son el resultado de un proceso PREVIO de educación, incluso antes de nacer, que está oculto al simple observador: es el proceso de educación de LOS PADRES MISMOS.

Dice el Rab Wolbe: “Realmente se revela la esencia del padre en la educación del hijo” (1). Quién es el padre, sus valores, sus principios, sus ejes de vida y sus cualidades se revelan en la educación a su hijo, lo que popularmente se expresa con el dicho “El fruto no cae lejos del árbol”

Podemos apreciar que el concepto de “Jinuj Banim” resulta incompleto, dado que no contempla el proceso de educación de los padres mismos, que ES la columna vertebral de la educación de los hijos.

No podemos ni comenzar a hablar de la educación de los más pequeños cuando nosotros mismos, como adultos responsables y conscientes de nuestras decisiones y acciones, necesitamos tener más paciencia, mejorar nuestras formas de comunicación con los demás, ser más caritativos, responsables y refinados. Les queremos “enseñar” a ellos todas estas habilidades cuando nosotros mismos como padres aún tenemos el arduo desafío de AUTOEDUCARNOS.

Es en este punto que considero fundamental ampliar de manera consciente nuestra tarea educativa, anteponiendo el proceso de autoeducación de los padres al que podríamos llamar “Jinuj Orim”. NOSOTROS MISMOS, LOS PADRES somos los que tenemos que hacer el trabajo fundamental en nuestras cualidades. Los niños tomarán los ejemplos de los padres de manera automática, inconsciente e instintiva durante sus primeros años de vida en los que no tienen libre albedrío. Por eso, como educadora, propongo a todo padre una revisión de sus propias cualidades porque ellos mismos SON el contenido que sus hijos aprenden.

En la medida en que nosotros mismos seamos personas más refinadas, más delicadas, sensibles y humanas, ellos automáticamente también lo serán. En la medida en que nosotros seamos un ejemplo vivo de las cualidades y del amor al estudio y a las mitzvot, ellos también cultivarán esas midot. El hincapié está en formarnos nosotros para que ellos reciban el ejemplo más refinado posible.

Padres que quieran invertir esfuerzo en la educación de sus hijos sin duda deberán hacer un gran trabajo en sus propias cualidades y, cuando ellos logren ser padres en trabajo constante, en su propio auto perfeccionamiento, estarán enseñando a sus hijos a ser individuos en trabajo constante en su propio refinamiento personal, a toda edad, como forma de vida de un iehudí.

Seamos conscientes y agradecidos de que Di-s nos ha dado a nuestros hijos como herramientas por excelencia para conocernos a nosotros mismos y para trabajar nuestras cualidades en su máximo potencial.

Jinuj Orim ES Jinuj Banim

Somos nosotros los primeros sujetos de la educación.

FUENTE: https://aishlatino.com/educando-hijos-o-educando-padres/