Según evaluaciones publicadas por la UNESCO durante la pandemia se registró un aumento del 900% en los estudios en línea y lo más interesante es que hubo continuidad post pandemia de programas híbridos o semipresenciales mostrándonos que la educación a distancia llegó para quedarse.
El alumno que estudia a distancia, aprende no sólo los contenidos específicos que estudia, si no que aprende a ser independiente, autodidacta y a gestionar sus tiempos. Cualidades fundamentales para la vida académica en cualquier nivel y modalidad.
En Banim Atem School, los niños en todos los niveles reciben durante el primer mes de clases, orientación por parte de los morim: cómo estudiar a distancia, cuándo conectarse, cómo elegir el espacio adecuado, cómo alistar los materiales, y realizar y enviar sus tareas a tiempo. Es necesario enseñarles a estudiar en la modalidad, no damos por sentado que todos se adaptarán automáticamente, si no que los guiamos a dominar la modalidad. Además, incluimos el seguimiento personalizado de los morim y tutores a fin de garantizar que cada niño esté avanzando académicamente.
¿Qué pasa con lo social? ¿Es bueno que nuestros hijos estén tantas horas frente a la computadora? Interesante interrogante. En comparación al tiempo promedio que los niños y jóvenes pasan frente a redes sociales, juegos y contenidos recreativos (no siempre con valor educativo y hasta perjudiciales en algunos casos) hoy en día estudiar una hora al día en línea Tanaj o Historia judía sin duda resulta más valioso que cualquier otro plan frente a la pantalla.
Banim Atem School ofrece un programa híbrido, esto quiere decir que los alumnos tienen clases en línea y también clases en la comunidad local. Incentiva el aprendizaje on line (y en grupos) actividades en la misma comunidad y la realización de proyectos para el bien de su propia kehila. La vida social es fundamental en Banim Atem School. La vida judía no es virtual, la vida judía es comunitaria. Y por suerte, las herramientas informáticas permiten a los alumnos sin acceso a escuelas judías aprender lo que no pueden acceder localmente y con excelencia académica. La pregunta que les queda a los padres, honestos y coherentes con sus evaluaciones educativas, no es si Banim Atem School los aísla socialmente porque no es así.
La pregunta es cuál es su criterio para establecer cuántas horas pueden pasar frente a pantallas y haciendo específicamente qué.